21/7/17

No quiero un hombre así



Yo quiero un hombre que duerma a mi lado las noches.

Que me agarre y me acaricie por la calle.

Quiero un hombre que me haga sentir tranquila y confiada. Contenta. Arriba.

Quiero un hombre que quiera que gran parte de SU tiempo sea MI tiempo.

No quiero ser sólo una mujer de camas.

No quiero citas con alarmas puestas: "Tengo tiempo para ti de cinco a ocho".

No quiero ser regularmente prioridad secundaria.

Objeto para aliviar pulsiones y presiones de líquidos calientes.

Sé - racionalmente - lo que quiero.

Pero - sentimentalmente - no puedo soltar 

ESTA RELACIÓN DE MIERDA.




Resultado de imagen de cama deshecha

26/4/14

¿Dejamos de sufrir?


Hay dos opciones siempre, sufrir o no sufrir.

Como somos masoquistas, porque lo hemos visto desde niñxs, como toda nuestra vida hemos estado viviendo al lado de gente a la que le va el rollo maso, normalmente elegimos sufrir.

Porque además está mucho mejor visto. ¡Anda que no fastidia una persona feliz! ¡Una persona que nos quita la oportunidad de lamentarnos por ella, de compararnos, de dar consejos! ¡Que incluso nos refleja nuestra propia posibilidad de ser felices y no somos! Gente muy incómoda la gente feliz. 

Pero ¿sabes qué? Hay otra opción. Siempre. Puedes mirar hacia un lado o hacia otro. Puedes elegir pelearte con todo o no pelearte con nada. Una cosa te hace sufrir y la otra no.

Si no te peleas, si no deseas con todas tus fuerzas, y tu rabia y tus lágrimas, que las cosas no sean como son, si en lugar de eso, miras tu realidad y la abrazas, y la aceptas, se acaba el dolor. 

Ya no hay razones. En ese instante dejas de tener motivos para sufrir. Y no hacen falta terapias, ni pastillas, ni rituales,ni meditaciones, ni nada.

Porque además,es que las cosas son como son. Tienes la enfermedad que tienes (bueno, la que te han dicho que tienes, alguien que le invento ese nombre a eso que te pasa , el dinero que tienes, la relación que tienes, las cosas son como son. Nada más.

Pero lo que tú haces con eso, con tu cuento,si eliges amarlo o detestarlo, es tu decisión. 
Tu felicidad y tu paz depende solo de ti. De nada ni de nadie más.

O coges el látigo o te haces el amor. 
A mi me gusta más hacerme el amor. Mucho más.

Sobre todo porque el látigo, duele. Y el amor no. 



-Viajamor II / Elena Alonso –

26/3/14

En un tiempo yo no solté

SUELTA
Si no trae alegría a tu vida...SUELTA.
Si no te ilumina ni te construye...SUELTA.
Si permanece pero no crece...SUELTA.
Si te procura seguridad y así te evita el esfuerzo de 
desarrollarte...SUELTA.
Si no brinda reconocimiento a tus talentos...SUELTA.
Si no acaricia tu ser...SUELTA.
Si no impulsa tu despliegue...SUELTA.
Si dice pero no hace...SUELTA.
Si no hay lugar en su vida para ti...SUELTA.
Si intenta cambiarte...SUELTA.
Si se impone el "yo"...SUELTA.
Si son más los desencuentros que los encuentros...SUELTA.
Si simplemente no suma a tu vida...SUELTA.
SUÉLTATE...la caída será mucho menos dolorosa que el dolor de 
mantenerte aferrada a lo que NO es.

4/3/14

Trénzense

Trenzaré mi tristeza. 
Paola Klug.

Decía mi abuela que cuando una mujer se sintiera triste lo mejor que podía hacer era trenzarse el cabello; de esta manera el dolor quedaría atrapado entre los cabellos y no podría llegar hasta el resto del cuerpo; había que tener cuidado de que la tristeza no se metiera en los ojos pues los haría llover, tampoco era bueno dejarla entrar en nuestros labios pues los obligaría a decir cosas que no eran ciertas, que no se meta entre tus manos- me decía- porque puedes tostar de más el café o dejar cruda la masa; y es que a la tristeza le gusta el sabor amargo. 

Cuando te sientas triste niña, trénzate el cabello; atrapa el dolor en la madeja y déjalo escapar cuando el viento del norte pegue con fuerza.

Nuestro cabello es una red capaz de atraparlo todo, es fuerte como las raíces del  ahuehuete y suave como la espuma del atole. Que no te agarre desprevenida la melancolía mi niña, aun si tienes el corazón roto o los huesos fríos por alguna ausencia. No la dejes meterse en ti con tu cabello suelto, porque fluirá en cascada por los canales que la luna ha trazado entre tu cuerpo. Trenza tu tristeza, decía, siempre trenza tu tristeza…

Y mañana que despiertes con el canto del gorrión la encontrarás pálida y desvanecida entre el telar de tu cabello.





10/12/13

Errores cotidianos


Tú estás en tu cama.
Yo en la mía.
No es la misma.
Algo estamos haciendo mal.

Michel Gaztambide, Moscas en los incunables (Huacanamo, 2011).